(Baje para leer el texto en español)
The origin of the devotion to the Virgen del Carmen is very old. It takes its first steps in the lands of Israel, in a place known as Mount Carmel in the district of Haifa on the shores of the Mediterranean Sea.
In the year 1155 the french crusader Bartholomew Avogadro, who would become known as Blessed Berthold of Mount Carmel, decided to follow in the footsteps of the prophet Elijah and traveled to Mount Carmel to lead a hermit life. In this way a small community is born and they adopt the name of Order of the brothers of the Blessed Virgin Mary of Mount Carmel.
In 1246, Simon Stock becomes Prior General of the Carmelites (considered one of the most important Carmelites of all time) and on July 16, 1251 when he was praying, an image of the Virgin of Mount Carmel with her brown dress appeared to him and gave him a Brown Scapular of Mount Carmel saying:
“Here, dear son.
This scapular will be like the motto of my confraternity and, for you and all Carmelites, a special sign of grace; whoever dies wearing it will not suffer eternal fire”.
El origen de la devoción a la Virgen del Carmen es muy antigua. Se inicia en Israel, exactamente en un monte llamado Monte Carmelo” en el distrito de Haifa, a las orillas del mar Mediterráneo.
En el año 1155 el cruzado francés Bartolomé Avogadro, quien que pasaría a ser conocido como el Beato Bertoldo del Monte Carmelo, decidió seguir los pasos del profeta Elías y viajó al Monte Carmelo para llevar una vida de ermitaño. Nace así una pequeña comunidad que adopta el nombre de Orden de los hermanos de la Santísima Virgen María del Monte Carmelo.
En 1246, Simon Stock se convierte en General de los Carmelitas (considerado uno de los carmelitas más importantes de todos los tiempos) y el 16 de julio de 1251 cuando estaba rezando, apareció una imagen de la Virgen del Carmen con su vestido marrón y le dio un Escapulario Marrón del Monte Carmelo diciendo:
“Toma, querido hijo.
Este escapulario será como la divisa de mi confraternidad y, para ti .y para todos los carmelitas, un signo especial de gracia; el que muera vistiéndolo no sufrirá el fuego eterno”.
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